PEDIATRIA


¿Qué nos cuenta un niño a través de sus síntomas y manifestaciones?


Este es uno de los aspectos centrales que propongo abordar en las consultas. 
En general, todos tendemos en esta cultura a buscar y señalar a algún chivo expiatorio de nuestro malestar. 
Es mucho más complejo proponerse una mirada sistémica en donde no haya culpables de la disfuncionalidad. 
Y los niños muchas veces se ponen "al servicio" de esto. 
Su alta sensibilidad los hace tan permeables y espontáneos para mostrar lo que les pasa que los ubica en la primera plana de lo que sucede en una familia. 
Por eso muchas veces el motivo de consulta está "tomado" por este hecho irrefutable y hay poca disponibilidad para ver e investigar más allá. 
A ninguno de nosotros nos enseñaron a pensar y sentir sistémicamente. Por eso, para desarrollar esta percepción se requiere un entrenamiento. Que surge en primer lugar del deseo de ver las cosas de otra manera. Y este deseo a su vez está motivado por el agotamiento de una forma que está caduca. 
Esa forma es la que heredamos, la que nos condiciona ciegamente.
Pero siempre podemos decidir; ahí está nuestro libre albedrío.
La decisión entonces consiste en abrir la mirada, en darnos cuenta de que todos estamos implicados en el malestar, el sufrimiento y la disfuncionalidad. 
Que lo que un alguien manifiesta es sólo la punta del iceberg de todo lo que hay para descubrir. 
Y la solución no radica en ver cuál es el origen o quiénes son los culpables, porque no los hay. 
Lo que abordamos es algo vivo, presente, que late. No lo que pasó. 
Sobre eso reflexionamos y nos hacemos preguntas. 
Y lo que vamos construyendo entre todos es un territorio mucho más amplio y más posibilitador de recursos para sanar.  
De esto se trata el espacio de la consulta; un espacio válido para investigar y hacernos preguntas antes que apresurarnos a encontrar respuestas que muchas veces serán parciales. 
De la observación en mi práctica se desprende que el sólo movimiento consciente que nos pone en contacto con esta nueva posibilidad, ya habilita un cambio. 
Las cosas ya no son las mismas cuando nos preguntamos no sólo qué pasa con el asma de Juan sino también con la angustia de la mamá, la ansiedad del papá y el berrinche del hermanito. Y pensamos cuál será la relación entre todo esto?
Insisto con que necesitamos reformular nuestra tendencia a ver todo de manera lineal y causal..."si Juan tiene asma es porque la mamá no sabe elaborar su angustia"...
Creo que hay un mito bastante arraigado para derribar aquí que dice: "los niños son unas pobres almas inocentes que padecen las cosas no resueltas de sus padres"
Vamos entonces un paso más allá y nos preguntamos...¿qué pasa con la energía de este sistema que se manifiesta de esta manera?...¿cómo contribuye cada quien a que esto suceda?...¿de qué manera percibe este desorden cada uno de los miembros?...
Es decir, nos proponemos indagar en la individualidad y en el sistema al mismo tiempo y con la misma prioridad. 
Entonces intentamos que no queden velos. Cuantas más puertas se abran, tanto mejor. 
No buscamos la solución final y última de nada, sino que contemplamos un proceso de vida complejo y cambiante. 
Acompañando con consciencia y amor, de la mano de la homeopatía y de otras herramientas que aportan bienestar, vamos sanándonos y aprendiendo juntos. 
Esa es la intención de la experiencia. 




Los cuentos que nos contamos los Terapeutas de niños – Lic. María Esther Cavagnis

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Hay cosas de las que no es posible hablar, porque pertenecen a algo que no puede ser dicho. En cambio estas mismas cosas pueden ser si no explicadas, al menos si aludidas y podemos así hablar de ellas. En esto consiste precisamente la metáfora, hablar de algo que en realidad alude a otra cosa.1


I
nscribirnos como terapeutas, en el marco del construccionismo social, implica abandonar nuestros apriori, ser capaces de asomarnos a lo desconocido, al no saber del otro pero tampoco de nosotros mismos. Deconstruír, ser irreverentes, poner en duda nuestro saber. No hay hipótesis para verificar, mucho menos verdades generales que nos sostengan.
¿Es el fin de las teorías? ¿Son necesarias las teorías?
Pertenecer a la comunidad de teóricos sistémicos implica que hemos construido un lenguaje y un modo de generar significaciones. Creamos así un contexto de significados compartidos que viabilizan nuestras prácticas pero que también nos restringen otras posibilidades. Producto de ello son por ejemplo nuestras conceptualizaciones acerca de lo que sucede en las familias con un niño que presenta conductas problemáticas.
Como dice Cecchin (1991): “no hay una verdad sobre el problema sino hipótesis que compiten en dar una explicación”. Las posibilidades terapéuticas no pueden predeterminarse en virtud de la validez o la superioridad teórica de un modelo. El terapeuta construccionista, no entabla una relación terapéutica despojado de ideas, experiencia o construcciones privilegiadas.
El terapeuta al igual que los clientes acude a la terapia provisto de ciertas versiones de la realidad.  Estas nos ayudan a producir sentido al mismo tiempo que nos apartan de otros sentidos posibles.-

Cuentos: narraciones que articulan metáforas.

Podríamos pensar que las hipótesis son metáforas y las teorías cuentos que las incluyen.
¿Podríamos pensar a las teorías como narraciones? Los Terapeutas nos contamos historias, cuentos acerca de cómo podrían ser las cosas. Trasladamos, transferimos; cambiamos, confundimos y enredamos, son las palabras que usa Aristóteles en su poética para definir metáfora.
Formulamos enunciados que mediante una predicación no pertinente, apelan a una nueva pertinencia fundada sobre la semejanza, engendrando una nueva descripción de la realidad, obtenido por la identidad de la semejanza que se le da a los significados en donde la diferencia (identidad de diferencia) es esencial. Ricoeur
Me contaron que una vez un grupo de científicos fue convocado a una prueba de inteligencia artificial donde había que discriminar que grado de parentesco tenia una computadora con el cerebro humano, de modo que alguien de aquel comité le formuló la siguiente pregunta:
- ¿Es usted capaz de pensar como un ser humano?.Después de procesar la información la computadora contestó:
- Le voy a contar un cuento…..
Y todo el comité de sabios concluyó que la computadora era inteligente, porque sabia que de aquello de lo que no podemos hablar, mejor callar y una forma elegante de salir del enredo y proponer nuevas preguntas era apelar a la narrativa, que alude a algo de lo que no se puede hablar, pero podemos bordear.

No hay verdades sociales incontrovertibles, sino sólo relatos del mundo, relatos que nos contamos a nosotros mismos y que contamos a los otros. Y por ello, la mayoría de los psicoterapeutas tienen un relato acerca de cómo los problemas se desarrollan y como se resuelven o disuelven y ellos constituyen sus teorías en uso. Los atractores nos ayudan a producir sentido al mismo tiempo que nos apartan de otros destinos posibles. Es importante ir generando una producción de sentido sin quedar atrapado por un atractor especial.
Uno de los teóricos del movimiento narrativo en psicología es el psicólogo Jerome Bruner (1994). Distingue dos modos de pensamiento. Por un lado estaría el modo de “pensamiento paradigmático” y por el otro el “modo narrativo”.
La modalidad paradigmática o lógico científica tiene que ver con las capacidades humanas de razonamiento, explicación y análisis lógico empírico o científico.
La modalidad narrativa, la más antigua del pensamiento humano, consiste en contar historias a otras personas y a nosotros mismos. De esta manera el significado surge de la narración, actividad constante en nuestra vida. La modalidad de abstracción que produce el modo de conocimiento narrativo se relaciona con el interés por aquello que es particular, inesperado y sorprendente. Se fundamenta en imágenes, es analógico. Las imágenes se combinan y juntan en la trama narrativa por la semejanza de sus contenidos y por las similitudes de las tonalidades emotivas que despiertan
Habitualmente las intervenciones de los maestros (especialmente en el trabajo con niños) incluyen metáforas, tal vez porque ellas se producen como esa inter-lengua que hace posible llegar con nuestro lenguaje a los adultos y a los niños. No solo para ser comprendidos semánticamente (significados) sino por la potencia de la metáfora para generar nuevos sentidos.
No hay metáforas ciertas o falsas sino útiles o inútiles; metáforas eficaces y metáforas ineficaces.

Permítanme contarles mi propia versión de los cuentos que fueron contando los terapeutas familiares en consultas por niños a lo largo de estos 50 años. Los autores de estos cuentos son Minuchin, Haley, Pallazzoli, Madanes, Fishman, Pitman, y muchos otros que los fueron contando de diferentes formas: elaboraciones teóricas, casos clínicos, viñetas o recortes de intervenciones. He recogido lo más cuidadosamente posible estos trabajos. He tratado de ver sus diferencias y similitudes tomando aquellas diferencias que a mi criterio, hacen la diferencia. Soy yo, como hija, como madre, como terapeuta, quien hace estas operaciones de distinción por tanto y por supuesto no fui del todo fiel.

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Metáforas que heredamos

1. Cuentos con dos personajes
1.1 El niño expresa con su síntoma lo que siente y no expresa alguno de sus padres.
1.2 Alguno de los padres re-actualiza en la relación con sus hijos sus propios conflictos no resueltos.

2. Cuentos con tres personajes.
2.1. Triangulaciones simples.
2.1.1Desvia atención
a-Perturba
b- Ofrece como blanco.
c-infantiliza

2.1.2 Pareja necesidades insatisfechas.
a-Parentalizado.
b-Reclama por P/M.

2.1.3Conflicto de pareja se desvía.
a- Desacuerdos parentales.
b- Relación entre hermanos.

2.2 Triangulaciones que incluyen una coalición transgeneracional.
2.2.1Triangulo perverso.
2.2.2 Juego psicótico.

2.3 Triángulos Trigeneracionales.
2.3.1 Asuntos pendientes familia origen del P/M.
a. Deudor
b- Acreedor.

2.3.2 Síntoma: mensaje a la 2° generación acerca de su relación con la 1°.

2.3.3 Triángulo perverso trigeneracional.

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1. Cuentos con dos personajes.

Son cuentos que privilegian la relación del niño con uno de sus padres.
1.1 El niño expresa con su síntoma lo que siente y no expresa alguno de sus padres. Estados emocionales que no son reconocidos por los padres ya sea por ser inaceptables o por estar proscripta su expresión, son expresados por el hijo. Depresión, tristeza, ansiedad, desamparo, dependencia, impotencia; el niño se hace cargo de la infelicidad de alguno de sus progenitores. Durante la sesión, el niño funciona como el “barómetro afectivo familiar” que nos señala cuando nuestra intervención ha tocado un área sensible, no solo en la dimensión relacional sino también en el nivel de los sentimientos de uno o varios miembros de la familia.
1.2 Alguno de los padres re-actualiza en la relación con sus hijos sus propios conflictos no resueltos: 
El niño es lo que papa/mamá no puedo ser: Libre, deseante, exitoso, potente, controlado.
Ej. La madre de Lucas con problemas de conducta dice “Quise que el fuera libre como yo no pude ser… mi mamá era tan asfixiante”
En otros casos él actúa aspectos ocultos de la conducta de alguno de los progenitores aspectos pulsionales, conductas transgresoras, sentimientos proscriptos etc.
Ej. Los padres están preocupados porque Constanza no controla sus impulsos. Actúa siempre en la clandestinidad. En el trabajo terapéutico se revelo que el padre tenía una familia paralela desde hacía 12 años.

2. Cuentos de tres personajes:
2.1. Triangulaciones Simples: Pareja en conflicto (simetría explicita) Pareja en lucha de poderes. Enfrentamiento, frecuentes escaladas.
2.1.1. El síntoma del niño sirve para desviar la atención de los conflictos de la pareja de los padres.
a-Presenta conductas perturbadoras: niños con problemas de conducta o que se ponen en riesgo; disruptivos; inquietos.
Metáforas: Hace ruido. Pantalla. Cortina de humo.
b- El niño se ofrece como blanco para que dirijan hacia él la violencia instalada en la pareja, como sucede en los casos de maltrato infantil.
Metáforas: Chivo expiatorio- patito feo.
c. Se infantiliza y logra preocupar suficientemente a papá y mamá como para que no se ocupen de sus cosas, ya que éstas entrañarían un peligro mayor. Ej: Problemas escolares, retrasos en la maduración (motriz, lenguaje, control de esfínteres)
Metáforas: El eterno bebe. Bonsái.

2.1.2 Cubrir necesidades que uno de los padres deja insatisfechas al otro. Incongruencias jerárquicas.
a. Parentalización: El hijo ocupa el lugar que uno de los padres deja vacante. Hace las veces de pareja parental o conyugal. El hombre de la casa, el padre de los hermanos, la nena que seduce a papá. El niño que con sus conductas fóbicas acompaña a mamá que se siente sola.
Metáforas: asociadas al esfuerzo puesto en la tarea.
b. Reclama como hijo lo que su padre/madre necesita y no obtiene de su pareja.
El niño reclama a uno de los padres la insatisfacción del otro en relación a: la forma de cuidado, la expresión de la afectividad, la opresión, la ausencia etc.
Reclama como hijo una pareja para la madre o para el padre. Con frecuencia el padre insatisfecho suele explicar en sesión, la conducta sintomática leyéndola como un mensaje del niño al otro padre. Este mensaje es la expresión del reclamo que él o ella hace permanentemente y que su pareja no escucha. “El niño necesita”. “El quiere que vos”.
Metáforas: Micrófono, altavoz. Padre ventrílocuo. Eco.

2.1.3 Conflicto de pareja se desvía hacia:
a- Desacuerdos parentales. En ocasiones el conflicto no explicitado de la pareja se juega en los desacuerdos parentales. Diferencias que no se resuelven respecto de pautas de crianza. Inconsistencia en los límites, desautorizaciones de uno al otro. La cuestión aquí es quien pone las reglas a quien responden los chicos.
Metáfora: Niño montado a los hombros de uno de los padres. Pulseada.
b- Problemas de relación entre hermanos. Es casi evidente que muchas veces la relación entre hermanos son metáforas de la relación entre los padres. Hay quienes sostienen que cuando más intensa es la violencia entre los hermanos más violencia oculta hay en la pareja. Ejemplos: peleas de hermanos. Hermano dominante y otro sometido.
Metáforas: Espejo.

2.2. Triangulaciones que incluyen una coalición transgeneracional. Parejas en complementariedad rígida en las que la simetría esta implícita.
2.2.1 Triángulo perverso. Instrumentalización.
Cuando hay un enfrentamiento silencioso entre los padres en el cual uno de los ellos pierde poder en relación al otro y se somete, la simetría queda implícita detrás de una aparente complementariedad. Con frecuencia uno de los hijos es utilizado para expresar el descontento, el enojo, que no puede ser expresado en forma directa al otro.
Así el niño es el instrumento a través del cual su padre/madre expresa lo que él/ella no puede decir, pelea lo que él o ella no puede pelear. Se revela, castiga de algún modo al otro por el sufrimiento de papá o mamá.
A diferencia de la triangulación simple en la cual también hay coalición en el triángulo perverso la coalición es negada. En la triangulación simple el niño tiene el poder de lograr lo que el padre no logra a pesar de sus reclamos mientras que en el triángulo perverso el padre silencia su reclamo y niega que el niño exprese una demanda suya.
Metáforas: El abogado defensor. El portavoz. El brazo armado. El soldado de primera línea.
2.2.2 Juego psicótico: Embrollo
Lo que caracteriza el juego psicótico descrito por Mara Selvini no es solo la instrumentalización como en el triángulo perverso sino el “darse vuelta” del padre instigador. Cuando el niño muestra la conducta instrumentalizada el padre instigador “se une al enemigo” dejando al niño fuera de juego. Esto es lo que se denominó el embrollo (embrogllio) distintivo del juego psicótico. Es el paso previo a la irrupción de lo síntomas psicóticos.

2.3. Triángulos trigeneracionales.
En la relación con el niño, los padres participan con sus “maletas” ésta incluyen: su historia personal (infancia, experiencias anteriores, relación con sus propios padres, etc.), expectativas, conflictos y mitos individuales, familiares, y sociales.
2.3.1 Asuntos pendientes: de los padres con sus propios padres.
a. Deudor solidario: el niño es deudor solidario por lo que su padre no dio o quitó a sus abuelos. Frecuentemente un hijo es dejado como en prenda a sus abuelos para que su padre obtenga el derecho a la emanciparse. Rehén, prenda, hijo de los abuelos.
b. acreedor (de bienes, afectos, cuidado). Legatario de lo que sus abuelos no le dieron al padre. Frecuentemente los abuelos dan a un nieto la atención, cuidado, demostración de afecto que no dieron a su padre cuando niño. El cuidado al nieto, que por un lado tiene una función reparatoria por otro, deja al hijo en una situación de incompetencia como padre y de repetidor de la historia con sus propios hijos. Metáfora: cadena de favores. El heredero.

2.3.2 El síntoma es un mensaje a la 2° generación respecto de su relación con la 1°.
Son padres insuficientemente separados de sus padres. La dificultad para transitar la etapa del ciclo vital del joven adulto ya que quedó atrapado, triangulado, en la pareja de sus propios padres y por tanto no puede diferenciarse y lograr la autonomía esperable para poder conformar su propia organización familiar nuclear. “Quien no puede dejar de ser hijo no puede ser padre”. “Quien no puede dejar de ser hijo no puede ser pareja”. El niño con su síntoma denuncia esta situación.

2.3.3. Triángulo perverso trigeneracional: el niño es instrumentalizado por un padre en contra de la familia de origen propia o del otro padre por quienes se sintió dañado.
Expresa la bronca o el rechazo de su P/M hacia los abuelos paternos o maternos en virtud de historias no resueltas.
Debe mostrar a sus abuelos el éxito o el fracaso que tuvo su hijo como padre o madre, a pesar de sus profecías o expectativas.
Debe dejar en claro que su padre o madre fue más exitoso en la crianza de sus hijos que su hermano “el favorito”.

Escoger nuestra herencia: Ser fiel e infiel
Si aceptamos que no hay universales, y que la singularidad del caso por caso debe ser atendida. ¿Éstas teorizaciones están caducas, en desuso? ¿Habría que desecharlas?
“Hoy es de buen tono reprobar a los pensadores de décadas anteriores y exigir de quienes los reivindican un deber de “inventario” o peor aún de “arrepentimiento”.Esta proscripción es estéril y convendría no aceptar todo, ni barrer con todo, sino escoger nuestra herencia.
Hacer hablar a las obras desde el interior de si mismas a través de sus fisuras, sus blancos, sus márgenes sus contradicciones, sin tratar de aniquilarlas. De ahí proviene la idea de que la mejor manera de ser fiel a una herencia es serle infiel , es decir no recibirla literalmente como una totalidad, sino más bien pescarla en falta, captar su momento dogmático”.

El heredero lejos de ser una figura de comodidad garantizada siempre debe responder a una doble exhortación: primero, hay que saber y luego saber reafirmar lo que viene antes de nosotros. ¿Qué quiere decir reafirmar?… elegir conservarla con vida.
Habría que partir de esa aparente contradicción entre la pasividad de la recepción y la decisión de decir si y por consiguiente transformar, no dejar a salvo, no dejar indemne ni siquiera aquello que se dice respetar. Esa misma herencia ordena para salvar la vida que tenga lugar una transformación que de lugar al por- venir. La experiencia de una de-construcción nunca ocurre sin eso: nunca ocurre sin amor.

Para ser fiel debo reconocer el legado de dos conceptos que guiaron este trabajo a María Rosa Glasserman en Clínica de niños: ayer y hoy. El de metáforas en terapia y el de impostura, que yo me permití trasladar y transformar por analogía, al terapeuta y sus teorías.
“Las metáforas impregnan el lenguaje de todos los días colaborando en la formación de una red compleja. La existencia de esta red afecta las representaciones internas, la visión del mundo del sujeto que habla. Nuestro sistema conceptual es metafórico en gran medida.”
¿Por qué o cómo la metáfora que usamos como intervención surge en nosotros? Surge como una imagen, como una figura que nos ayuda a pensar lo que esta pasando, pero creo que por sobre toda las cosas surge de nuestra emoción, de nuestro cuerpo. Traducimos al lenguaje verbal nuestra experiencia corporal. La emoción produce una fisura y abre la posibilidad de diálogo de un nuevo camino. Entiendo la emoción como relacional, algo que sucede en el “espacio entre” no algo que sucede al interior de nosotros mismos. Por eso es imprescindible que el terapeuta rompa su impostura, permita que se resquebraje su saber y así se asome a lo desconocido, al vacío que es la condición de posibilidad de la producción de nuevos sentidos.

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1 Autor desconocido

2 Ceccin, G. “De la estrategia de la no-intervención: hacia la irreverencia en la Práctica sistémica” Psicoterapia y familia. Vol. 6, N’ 2. 199 1.

3 Ricoeur P. Ricoeur, “Palabra y símbolo”, en Hermenéutica y acción, Docencia, Buenos Aires, pp. 7-25

4 Bateson, G. “Pasos hacia una ecología de la mente”. Edit. C. Lohle, Bs. As. Méx. 1972.

5 Bruner, J. “Realidad Mental y Mundos Posibles”. Edit. Gedisa Barcelona. 1994

6 Derrida. J. Roudinesco . Escoger tu herencia. ¿Y mañana que? Fondo de Cultura Económica de Argentina SA. Bs. As. . 2003

7 Glasserman , MR. Clínica de niños ayer y hoy. Practica de la terapia familiar. Bs. As. Zorzal 2002







Acerca de la salud y la enfermedad...(extraído de http://www.jeshua.net/esp)

Todas las enfermedades tienen un origen espiritual.
Quisiera explicarles esto haciendo una distinción entre los diferentes cuerpos que ustedes tienen. Además del cuerpo físico, visible a todos ustedes, también poseen un cuerpo emocional, un cuerpo mental y algo que ustedes pueden llamar un cuerpo espiritual.

La enfermedad comienza principalmente en el cuerpo emocional. Es desde aquí que ciertos bloqueos se establecen en el cuerpo físico, en el nivel material. Con frecuencia, las convicciones del cuerpo mental también contribuyen al desarrollo de bloqueos emocionales, y así a la generación de enfermedad. Estoy hablando de convicciones profundamente arraigadas o hábitos de pensamiento. A menudo, éstas son convicciones acerca de lo que está bien o mal con respecto a ustedes mismos.
Las críticas pueden literalmente crear un bloqueo en su sistema energético emocional. En esos lugares donde surge el bloqueo, donde a la energía emocional no se le permite fluir libremente, comienza a hacerse visible una energía oscura en el aura. Esta energía puede echar raíces en el cuerpo. Esto no tiene que ser así necesariamente, porque este proceso lleva mucho tiempo y hay suficientes oportunidades de volver las cosas a un equilibrio emocional, antes de que se despliegue la enfermedad (física). 
Por lo tanto, no le teman a los bloqueos emocionales. Hay tiempo suficiente para solucionar el estado desequilibrado. Sin embargo, es posible que a un cierto punto ustedes no sean capaces de manejar este bloqueo correctamente, o incluso sentirlo. Tal vez el bloqueo pasa parcialmente desapercibido para ustedes y ustedes están muy inconscientes de él. Si ésta es la situación, los síntomas físicos en realidad les ayudan a entrar en contacto con el bloqueo.
De este modo, los síntomas físicos o el dolor son el lenguaje del alma. El alma anhela una completa comunicación entre todas sus partes. El alma se siente feliz cuando hay un flujo libre de energía y una continua renovación de todos los aspectos de sí misma. Los bloqueos impiden que la energía fluya libremente y eso deprime al alma.

Así la enfermedad cumple la función de un indicador: les muestra a ustedes dónde están necesitando sanación. Aunque la enfermedad parece ser negativa, en el sentido de que ustedes son perturbados por toda clase de síntomas y dolores, la clave es interpretar a la enfermedad como un indicador o guía. Al hacer esto, se vuelve fácil cooperar con la enfermedad en lugar de resistirse a ella.
Ya que frecuentemente la enfermedad representa una emoción atascada la cual está (parcialmente) más allá del alcance de su propio horizonte, no siempre es fácil comprender dónde están representados la enfermedad o los síntomas. A veces parece muy difícil descubrir lo que el alma trata de decirles a través de una enfermedad específica. Entonces, ustedes necesitan ir adentro y examinarse minuciosamente, en el sentido de volverse conscientes gradualmente de la clase de energía que se manifiesta en la enfermedad, la señal que ustedes obtienen de la enfermedad y qué es lo que trata de decirles.
Esta comprensión con frecuencia es obstruida por el hecho de que ustedes están tan atemorizados de estar enfermos. La primer reacción a la enfermedad a menudo es una de negación o de resistencia. Ustedes más bien quisieran que la enfermedad desaparezca tan pronto como sea posible, porque los atemoriza. A ustedes les asustan el deterioro, la imperfección, el caerse a pedazos, y finalmente la muerte.
Esta reacción de pánico es lamentable ya que los aparta a ustedes de una perspectiva más amplia en cuanto a la enfermedad. Ustedes podrían considerar a la enfermedad bajo otra luz. También podrían experimentarla como un mensajero de cambio, como un retorno a algo precioso que ustedes han perdido.

Para comprender la ‘función de indicador’ de la enfermedad, es muy importante decir ‘sí’ a los síntomas y dolores que pueden desplegarse dentro de su cuerpo. Al decir ‘sí’, al aceptar el estado de su cuerpo físico, ustedes realmente han resuelto la mitad del problema. Aquí el problema no es la enfermedad misma, sino aquello que ésta representa, el/los bloqueo(s) implícitos. Al volverse hacia la enfermedad y decir ‘sí’ con su corazón y con su alma, ustedes ya habrán solucionado una parte del bloqueo incluso sin saber precisamente qué es lo que la enfermedad quiere decirles.
Sin embargo, este ‘decir sí’, esta actitud básica de aceptación, no es fácil para ustedes. Ustedes pueden encontrar resistencia (emocional o mental) que hace que se mantengan diciendo ‘no’ – a veces sutilmente y a veces obstinadamente – a lo que su cuerpo les está indicando. Frecuentemente, el cuerpo da indicios específicos. Por ejemplo, les hace sentir que ustedes deben hacer una pausa, abandonar ciertas tareas, ser más amable con ustedes mismos, etcétera. Aunque ustedes aún no saben cómo interpretar sus enfermedades desde un nivel espiritual, ustedes ya pueden ver muchas de estas indicaciones particulares con bastante frecuencia.
Pero si ustedes ignoran este lenguaje del cuerpo y se mantienen resistiéndose a la enfermedad, es muy difícil llegar a la esencia espiritual y significado de la enfermedad. Hay mucha ira y temor rodeándola. Ustedes sólo logran la verdadera libertad interior enfrentándose cara a cara con su enfermedad, con su dolor y aflicción, y también con sus sentimientos de temor y aversión. Abrácenlos y luego pregúntenles calmadamente y neutralmente: ¿qué es lo que quieren decirme?
En su sociedad no está manifestado el ser íntimo con su propio cuerpo. Hablarle a su cuerpo como a un ser que merece amor y respeto no está considerado como algo natural. En su sociedad se les dan muchas imágenes idealizadas acerca de cómo debería lucir su cuerpo, de qué implica tener salud y buenas condiciones físicas, lo que se debe y lo que no se debe beber y comer. En breve, hay toda clase de normas y estándares en cuanto a cómo debería ser una vida larga y saludable.
Pero todas estas imágenes idealizadas no tienen relación con el camino del alma. El camino del alma es sumamente individual. Por lo tanto, se les pide que sintonicen con ustedes mismos de manera sumamente individual para hallar la verdad en cuanto a la enfermedad, síntomas o tensiones que ustedes llevan consigo. Se les pide que renuncien a todas las ideas del mundo externo y que vayan en busca de su propia verdad en lo profundo dentro de ustedes.
Este es un gran desafío para ustedes, porque el temor y pánico que los apresa en caso de enfermedad, hacen que se desvíen fácilmente hacia las autoridades fuera de ustedes. Comienzan a ir en busca de autoridades externas que puedan aconsejarles y confortarles. Estas podrían ser un médico o un experto en tratamientos alternativos; esto básicamente no hace ninguna diferencia. La clave es que con el miedo ustedes en ese momento resignan su propia responsabilidad y la ceden a algún otro.
Por supuesto, que no hay nada malo en escuchar los consejos de un experto y muy a menudo esto es muy sensible. Pero luego es importante llevar este conocimiento adentro y sopesarlo con su propio corazón. Estimen el valor de este conocimiento. Sólo ustedes son los jefes, los maestros de su propio cuerpo, de su propia vida. Sólo ustedes, ustedes mismos, saben qué es lo mejor para su propio cuerpo. En el sentido más profundo de la palabra, ustedes son los creadores de su propio cuerpo.
Recobrar la intimidad con su propio cuerpo requiere práctica, no es algo evidente. No se resignen a esto tan fácilmente. Cuando estén tratando con tensiones persistentes o síntomas, traten de examinarlos nuevamente. Tómense un momento para relajarse y luego viajen con una consciencia neutral a los lugares de su cuerpo donde se manifiestan los síntomas o la energía de la enfermedad. Pídanle al dolor o a la enfermedad que tomen la forma de un ser vivo imaginario, de modo que ustedes puedan hablarle. Pídanle que aparezca como un animal, un niño o un ser humano. O pídanle que se muestre como un guía, en cualquier forma. ¡Usen su imaginación! La imaginación es un instrumento extraordinariamente valioso para descubrir los más profundos movimientos de su alma.
Si ustedes hacen esto, en cuanto noten que su cuerpo les responde – con imágenes o con sentimientos – podrán sentir alegría. Podrá haber ahí felicidad por el contacto recuperado, la intimidad recobrada. En cuanto se den cuenta de que ustedes son los únicos capaces de hacer esto, de que no hay nada o nadie más excepto ustedes quienes podrán llevar a cabo esta tarea de conocer su cuerpo a fondo desde adentro, se sentirán confiados en ustedes mismos otra vez. Esta confianza en sí mismo hace que sea más fácil para ustedes sentir lo que la enfermedad trata de decirles. Les impide ignorar las respuestas que reciben desde su ser interior, debido a ideas mentales o a ideas ajenas. La intimidad con su cuerpo es algo sumamente bueno, en todas las circunstancias, pero particularmente cuando el cuerpo muestra enfermedades o síntomas.
El medio para permitir que su cuerpo hable es el amor. Ustedes no fomentan la comunicación con su cuerpo cuando tratan de eliminar la enfermedad repitiéndose a sí mismos ardientemente afirmaciones de sanación o visualizaciones. Ésta sigue siendo una forma de lucha o de resistencia. La clave es que ustedes lleguen a entender el significado de las partes enfermas de su cuerpo. Si ustedes comprenden esto, esto puede ser transformado y los bloqueos emocionales pueden ser removidos. Así es como funciona el proceso de sanación; no luchando con la enfermedad, de un modo u otro, sino aceptándola como a un amigo que quiere mostrarles la dirección correcta. Esto es difícil de entender, porque la enfermedad los atemoriza y los angustia. De cualquier manera, aceptar su enfermedad es el único modo, el único camino hacia la Luz. La enfermedad quiere llevarlos de vuelta a casa.
El propósito de la enfermedad es obtener una mejor y más profunda comprensión de ustedes mismos. El resultado puede ser la recuperación física. Pero esto no siempre funciona así. La enfermedad no siempre desaparece en cuanto descienden a la raíz del bloqueo emocional.
Llegado a este punto, quisiera decir unas pocas palabras acerca de las enfermedades crónicas e incurables (terminales).
En caso de enfermedad crónica hay problemas físicos persistentes que hacen recidivas. Los síntomas se repiten, especialmente durante los períodos vulnerables, en los cuales ustedes más o menos pierden contacto con su ser interior. Esto puede ser totalmente desmoralizante. Por lo tanto, yo les pido que consideren a la enfermedad desde una perspectiva más amplia. No traten de echar a la enfermedad continuamente. Traten de verla como a un huésped bienvenido.
Las personas con enfermedades crónicas emprenden una ardua tarea. Al nivel del alma, ellos han estado de acuerdo en confrontar los miedos que aparecen en el contexto de su enfermedad, y en enfrentar las imágenes idealizadas de cómo uno debería desempeñarse en la vida. Asumir este desafío demuestra un enorme coraje.
Con frecuencia sucede que un alma elige una enfermedad crónica para resolver un problema específico de un modo muy enfocado. La enfermedad cada vez les refleja a ustedes determinadas emociones. Hay un patrón emocional que acompaña a la enfermedad. Tratar con estas emociones una y otra vez es una tarea totalmente pesada, pero acarrea muchos frutos para el alma.
Muy frecuentemente estas vidas tienen una gran profundidad y una riqueza interior que no siempre es percibida por los demás. Por lo tanto, no es sustentador luchar constantemente o esperar un adelanto en las condiciones médicas. El hecho es que la enfermedad suele avanzar en un movimiento en espiral, haciendo movimientos circulares hacia arriba hacia un nivel más elevado, aunque aparentemente ustedes recaigan en los mismos síntomas cada vez. Así no es como trabaja el nivel espiritual. En este nivel ustedes no retroceden sino que incluso alcanzan una profundidad mayor en tratar con las emociones que posiblemente hayan sido pasadas por alto durante vidas anteriores.
Esto también se aplica a los defectos físicos congénitos o hereditarios. En cuanto a esto ustedes a veces hablan de karma, pero yo soy cuidadoso con este concepto, porque ustedes tienen una tendencia a  asociar karma con delito y castigo. Así no es como trabaja esto. El alma tiene el sincero deseo de conocerse al máximo y ser libre. Este es su deseo más profundo. Partiendo de este ardiente deseo, ella a veces toma a su cargo dolencias, enfermedades y defectos físicos que les ayudan a alcanzar sus objetivos. Ciertamente no es una cuestión de pagar sus deudas. Es un profundo intento de liberarse, y a veces el mejor modo de obtenerlo es experimentando circunstancias (extremadamente) difíciles dentro de su propio cuerpo. Por esta intención nosotros solamente podemos tener el mayor respeto. Especialmente en su sociedad, en la cual se estiman las imágenes ideales inhumanas de cómo ser funcional, útil, bello y exitoso. Estos conceptos idealistas hacen que sea incluso más difícil vivir su vida con un impedimento y de todos modos experimentarla como significativa y alegre.  
Son aquellos entre ustedes quienes tienen coraje los que asumen tales vidas enfermizas. Ellos también irradian una clase de claridad y dignidad a aquellos cuyas vidas pueden pasarse por alto fácilmente. Cuando ustedes son exitosos de acuerdo a los estándares prevalecientes de la sociedad, generalmente es más difícil dilatarse en quiénes son ustedes realmente y cuáles son sus motivos en la vida. Especialmente aquellos que están enfermos y débiles tienen una función de ‘indicador’ hacia estas personas. Ellos son una ‘guía’ hacia la verdad y la claridad. Porque la verdad no implica perfección, sino amor y aceptación por todo lo que hay.
Finalmente, quiero decir algo sobre las enfermedades terminales, incurables. A veces, va a ser evidente que alguno no va a sobrevivir más a la enfermedad. El cuerpo gradualmente sucumbe a la enfermedad. El ‘marco terrenal’ no persiste. A ese grado, ¿qué hace el alma que se halla dentro del cuerpo? Mientras se mantengan resistiéndose a la enfermedad, ustedes no podrán establecer contacto con su alma, con su conocimiento interior que les dice que es hora de decir adiós. A veces ustedes perciben de antemano que tienen que partir, pero la idea los afecta con tal horror y pena que continúan luchando. Ustedes están impacientes esperando aquella nueva medicina ha ser lanzada, o están esperando otro tratamiento en un futuro cercano que pueda ser efectivo.
Esto es totalmente entendible y yo ciertamente no quiero condenar esta actitud, pero ustedes se lastiman terriblemente de esta manera. Si ustedes sueltan y permiten que la muerte se acerque, notarán que la muerte no es un oponente, sino en cambio un amigo. La muerte los libera de la lucha.

Si ustedes acompañan a aquello que la muerte quiere decirles, ustedes pasarán por varias etapas antes de que esté teniendo lugar el verdadero proceso de morir. Estas etapas tienen que ver con una liberación gradual de todas las cosas terrenales: de sus seres queridos, de sus ambientes (terrestres), de sus sentimientos con todo aquello que ustedes observan a su alrededor. Este es un proceso hermoso, natural.
Sería una lástima ensombrecer este proceso con una actitud de lucha, en la cual ustedes tratan de agarrarse bien a la vida a cualquier costo. A menudo, el cuerpo ya se ha vuelto tan frágil para ese entonces que ya no vale la pena vivir. Déjenla ir. La muerte es un liberador, quien está ahí para servirles. La muerte no es su enemigo. La muerte les trae nueva vida.
Cuando ustedes estén con alguien que tiene una enfermedad incurable y ustedes sientan que él sabe que va a morir, traten de hablarle acerca de esto suavemente y cuidadosamente. Es un alivio para la persona que pasa por esto. La cosa más valiosa y más preciosa que ustedes pueden hacer por una persona agonizante es sentarse cerca de él y sostener su mano. No hay nada más que ustedes necesiten saber o ser capaces de al acompañar a una persona que está muriendo.
La atención a los enfermos terminales es muy importante en su sociedad. Algún día, todos ustedes se enfrentarán con esto dentro de su propia familia o dentro de su círculo de relaciones. Simplemente estén presentes con la persona que va a morir y sientan el viaje que está llegando. Sientan el momento extraordinario, poderoso en el cual el alma deja el cuerpo y regresa a los otros reinos, a su hogar.
No consideren a la enfermedad que conduce a la muerte como a un enemigo con quien ustedes van a perder al final. No es una batalla. Muy frecuentemente, la muerte viene a liberarlos de incluso más dolor y sufrimiento. Ustedes ciertamente no son un perdedor. Ustedes simplemente continuarán su camino de otra manera.
A veces, hay asuntos particulares que a ustedes les habría gustado vivir o haber superado durante esta vida, los cuales no pueden ser concluidos. Esto puede afligirlos, y no sólo a ustedes sino también a aquellos que están detrás. No obstante, yo les pido que dejen esto en paz, porque hay una sabiduría interior trabajando que los guía y que los reunirá a ustedes y a sus seres queridos en nuevas y mejores circunstancias. Algún día ustedes estarán juntos otra vez y celebrarán la vida.

Hoy, mi mayor petición con respecto a la enfermedad realmente es: abracen a su enfermedad. Rodeen a la enfermedad con amor y consciencia y dejen que ésta los lleve a una comprensión más profunda de ustedes mismos. Confíense a la enfermedad y permítanse entrar en una comunicación más profunda con ustedes mismos. Rendirse no significa ser pasivo o cruel con su enfermedad, sino cooperar con ella de un modo activo, como un amigo.






Explicando qué son los Trastornos del Espectro del Autismo a niños de primaria
Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión, sino de convivencia.
aula de primaria
Foto: Elias Minasi
Concienciar sobre los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) es una labor fundamental para dar a conocer a la sociedad la realidad de este trastorno. Pero es muy importante también explicar a los niños qué es el Autismo o el Asperger de forma comprensible y adecuada a su edad, ya que en muchas ocasiones puede que uno de sus compañeros o compañeras tenga TEA, y por tanto necesitarán comprender y conocer el por qué de las diferencias de su compañero.
Esto nos ayudará a que sea más fácil que lo integren en el grupo, que puedan apoyarle, e incluso, que sepan como dirigirse a él. En suma, harán que sea mejor entendido por sus compañeros de clase y por tanto, su inclusión en el grupo social será más rápida y efectiva.
Si conseguimos que niños de entre 7 y 11 años entiendan y comprendan la diversidad estaremos también educando en valores, en respeto y en entender que la diferencia es enriquecedora. A su vez, evitaremos que vean la diferencia como algo malo, y descubriremos como cuando los niños reciben de forma adecuada esos valores, nos darán grandes lecciones. Y de paso, evitaremos el acoso escolar que los chicos y chicas con TEA sufren. Y es que concienciar requiere también una labor educativa. Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión, sino de convivencia.
Hoy les traemos una sugerencia de cómo llevar a cabo una charla para niños de primaria, para ayudarles a entender la diversidad y la excepcionalidad. Esperamos sea de utilidad y les sirva de ayuda e inspiración para poder llevar a las aulas la diversidad. En cualquier caso, vayan preparados para la más difícil de las audiencias, los niños no tienen tantos prejuicios, por tanto su espontaneidad seguramente les haga exprimirse bien el cerebro para poder dar las respuestas de forma adecuada. Para la sesión necesitarán un ordenador conectado a un cañón de proyección o a una pantalla. Como hay mucho audiovisual es importante que el audio y el vídeo se adecúen al tamaño del lugar.
Ex-E.T.: Empezamos con un corto de animación creado por cuatro estudiantes de la E.S.M.A.(Ecole Supérieure des Métiers Artistiques). En apenas 8 minutos nos muestran un mundo de perfección y orden. Donde todo está regulado y ordenado. Hasta que un niño decide salirse de las normas.
(ver en http://wp.me/p1lUm3-6Zp)

http://www.bebesymas.com/recien-nacido/el-contacto-piel-con-piel-con-el-bebe-es-beneficioso-incluso-pasados-los-diez-anos









PELICULA
La educación prohibida
http://www.youtube.com/watch?v=-1Y9OqSJKCc&feature=share



La Extinción del Niño Sano

El excelente blog multiprofesional Medicos Sin Marca  ha hecho una entrada que me parece paradigmática del esperpento en que se están convirtiendo algunos temas  habituales en las consultas de A. Primaria. Ocurre lo mismo con la Pre-Hipertensión, los Cólicos del lactante, la menopausia, las revisiones escolares ó el tratamiento de la hiperlipemia en mujeres sanas que además tienen un HDL alto. Si no ponemos sentido común a este disparate tendremos que entonar el mea culpa en poco tiempo.

No sólo los laboratorios hacen uso sistemático de tácticas de promoción cuestionables y alianzas interesadas con el cuerpo médico. En pediatría, la promoción agresiva de fórmulas “nutracéuticas” y “terapéuticas” –importadas y de alto costo– constituye una práctica habitual y en vertiginoso aumento.
Una estrategia dominante actualmente es la “patologización” indiscriminada de fenómenos normales en el lactante menor (especialmente antes de los 3 meses) y su presunta resolución con fórmulas hipoalergénicas. El terreno es fértil para la profecía autocumplida, pues los fenómenos propios del desarrollo, como llanto, cólicos, regurgitación, despertares nocturnos, erupciones cutáneas, etc. están destinados a resolverse espontáneamente, generalmente a partir de los 3 meses. En un reciente congreso internacional realizado en Chile, un conferencista promovía –ante medio millar de personas– el uso de ciertos productos para el cólico infantil, señalando su efectividad en un 70% de los casos al cabo de 4 a 6 semanas de uso. Por definición, ¡ésa es la historia natural del cólico infantil! Así fue descrita por los clásicos y corroborada por la investigación contemporánea.


Esta estrategia ha resultado un verdadero éxito comercial y mediático, generando una preocupación masiva en las madres y familias de los lactantes, mientras se distribuyen incentivos a granel entre los prescriptores. Estos reciben además la información técnica de parte de las propias compañías, alineando así sus conocimientos con los intereses de éstas. Los productos referidos son prescritos a un porcentaje considerable de los lactantes que consultan (sobre todo en sectores de nivel socioeconómico más alto).
Esta situación es especialmente notoria en el ámbito de las alergias alimentarias. Si bien hay datos que muestran un aumento de dichas alergias en las últimas décadas, las prácticas observadas en nuestro país (y en otros) pocas veces se basan en la evidencia “dura”. Los criterios diagnósticos se han vuelto extremadamente difusos, muchas veces en forma deliberada y bajo el impulso de las partes interesadas. Los diagnósticos se apoyan en pruebas de laboratorio inespecíficas, no validadas o francamente erróneas. Algunas de las cifras presentadas se basan en autodiagnóstico de pacientes en encuestas poblacionales.
Hay otros factores implicados en este fenómeno médico-sociológico. Entre ellos, la cantidad e intensidad de los temores y aprensiones que se observan en una alta proporción de los padres y madres de hoy. Éstos están relacionados con el desconocimiento de la fisiología del niño sano, de sus variantes normales y de los fenómenos propios del desarrollo infantil, no sólo por parte de la población general sino también de muchos médicos (sobre todo de reciente egreso). El nivel de exposición a la biología del niño sano y a la puericultura en los currículos pediátricos de algunas universidades parece francamente insuficiente. Las actividades prácticas suelen centralizarse en campos terciarios (atención de patologías), a expensas de la supervisión de salud de la díada madre-hijo y del enfoque familiar y comunitario.
El clima de consumismo imperante en el área de la salud estimula en las familias el fenómeno de “doctor shopping” y la búsqueda de segundas y terceras opiniones. Se multiplican las consultas por motivos banales y la medicalización (y medicación) de molestias menores. Padres que se presentan como clientes exigentes (“¡para eso pago!”) demandan para sus hijos una especie de “inmunidad absoluta”. El nacimiento, el crecimiento y la crianza deben ser perfectos, exentos de dolencias y de las vicisitudes propias de la condición humana. No se aceptan resfríos, ni quejas, ni llantos, ni desvelos, ni sarpullidos, ni muchas deposiciones ni pocas, ni regurgitaciones, ni gases, ni despertares intempestivos ni variantes temperamentales en los niños.


Los medios, especialmente la TV y las revistas “femeninas”, con su énfasis en los testimonios dramáticos y casos aberrantes, contribuyen a la patologización de fenómenos habituales en los niños, fomentando en la población una preocupación excesiva ante situaciones manejables. A menudo vemos en reportajes y entrevistas a connotados “gurús” promoviendo el uso de costosas panaceas (casualmente en sincronía con las compañías fabricantes). Las complejas redes de intereses que involucran a medios de comunicación, compañías farmacéuticas (o de alimentos) e instituciones de salud, por regla general pasan desapercibidas a ojos de televidentes y lectores.
Las sociedades científicas, volcadas hacia adentro, muchas veces desconocen las repercusiones que sus recomendaciones tienen sobre el cuerpo médico no especializado, los medios, el público y la salud de la población. A mayor especialización y menor orientación biopsicosocial, mayor es la probabilidad de que sus normativas –unilaterales y a menudo dogmáticas– entren en conflicto con intereses naturales de la comunidad, como la promoción de la lactancia materna, el cuidado responsable del lactante y del niño y la contención de costos en salud.
Los cursos y congresos promovidos por muchas sociedades científicas son un reflejo de los intereses de las compañías patrocinadoras. Rara vez se encontrará, por tanto, que enfaticen (o siquiera incluyan) actualizaciones en temas como lactancia materna, alimentación infantil saludable o biología del resfrío común (en oposición a la creciente y perniciosa tendencia a conferir carácter crónico y ominoso a las infecciones respiratorias banales de la infancia, que son parte constitutiva de la vida en sociedad del ser humano). Los conferencistas invitados suelen ser elegidos (o “sugeridos”) por los auspiciadores o pertenecer a su nómina de speakers pagados. Los temas a tratar –y los expositores– a menudo pasan por el filtro (explícito o implícito) de dichas corporaciones. Abundan los regalos y las chucherías de toda índole para los asistentes, con el nombre y logo del producto “estrella”. El espectáculo en ocasiones es cuasi-circense.
En tales instancias de Educación Continua, los asistentes –en buena parte jóvenes profesionales sin oportunidad de acceder a programas educativos formales– siguen con devoción y candor las ponencias presentadas, internalizando de manera literal los contenidos.
Cada año, laboratorios y compañías de alimentos no escatiman en gastos para financiar el periplo latinoamericano de investigadores extranjeros que presentan sus convenientes resultados y que encuentran tribuna libre y aquiescencia de parte de las jefaturas de centros académicos y clínicos (donde las promociones se realizan incluso en el horario oficial de las reuniones clínicas).
Algunas compañías han impulsado la creación de foros en internet donde madres, padres y otros “interesados” discuten informalmente los problemas que ameritan el uso de ciertos medicamentos y productos. Allí se demonizan los malestares normales del lactante, se solidariza con las sufrientes familias y se describen las virtudes de tal o cual producto. La compañía interesada permanece en las sombras. Muchas veces los foristas promueven agresivas acciones de lobby para que el (carísimo) producto llegue a ser una necesidad colectiva y, por ende, objeto de subsidios estatales (un precioso ejemplo de políticas regresivas).
Escasea la investigación local dirigida a caracterizar la naturaleza y efectos de la patologización de los fenómenos normales, así como sus costos económicos y sociales. Por ejemplo, el masivo aumento de las licencias médicas por supuesta enfermedad grave del niño menor –responsable de una escalada en costos de salud durante casi dos décadas–, prácticamente no mereció investigaciones de carácter científico en el país.
Las universidades, por su parte, cada vez más centran sus intereses investigativos en grandes proyectos sobre terapias farmacológicas, financiados por laboratorios internacionales, o en proyectos de prestigio –muchas veces personalistas– característicamente en el campo de la biología molecular. Las entidades con interés en Salud Pública –públicas o privadas, universitarias o estatales– tienden por su parte a incursionar en el terreno tradicional de la demografía y de las políticas económicas o de gestión. Lo que ocurre en la calle, en los hogares o en la consulta médica rara vez es investigado por los ámbitos académicos, aún cuando moldeen en forma fundamental las creencias y procederes de la población.
Tampoco la rigurosa Medicina Basada en Evidencia (MBE), cuyo insumo son los datos publicados en la literatura, suele hacerse cargo de estos temas. Por lo demás, la proletarización de la práctica clínica –especialmente en Atención Primaria– deja a los profesionales desinformados respecto de las fuentes de evidencia en las que debieran apoyar sus decisiones. En este contexto, los visitadores médicos y las compañías farmacéuticas y de alimentos se hacen cargo a sus anchas –con sus propios énfasis, contenidos, trucos y obsequios– de la educación continua de gran parte de la profesión médica.
Los grandes temas de salud no tienen sponsor. Ante la irresistible presión de situaciones como las antes descritas, que actúan concertadamente, los grandes perdedores serán siempre los temas huérfanos de mecenas corporativos: la lactancia natural, las prácticas saludables en la crianza y la alimentación del niño, el autocuidado, la resolución espontánea de las dolencias banales y autolimitadas. En suma, el concepto global de “niño sano” o “niño normal”. Frente a las potentes fuerzas mercantiles y de la cultura imperante que insisten en desvirtuarlo, patologizando todas y cada una de sus características, el concepto de niño sano constituye hoy en día una concepción casi subversiva.

1 comentario:

  1. http://www.bebesymas.com/recien-nacido/el-contacto-piel-con-piel-con-el-bebe-es-beneficioso-incluso-pasados-los-diez-anos

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